El discurso de odio ha sido ampliamente asociado con movimientos de ultraderecha en la narrativa mediática, pero ¿es realmente algo exclusivo de esta corriente? La realidad es que el odio, como fenómeno social, no pertenece a una única ideología. Lo que vemos es que tanto la derecha como la izquierda pueden recurrir a estrategias de polarización que fomentan hostilidad y división.

Discurso del odio y polarización

¿Por qué limitar el problema a un solo lado?

Es importante cuestionar la constante narrativa que sugiere que la ultraderecha es la única responsable de la proliferación de discursos de odio. Figuras como Pedro Almodóvar han ayudado a popularizar esta idea, relacionando de forma casi automática la crítica a la derecha con los mensajes de odio en redes sociales. Sin embargo, investigaciones han demostrado que los extremos ideológicos, tanto de derecha como de izquierda, utilizan discursos hostiles para movilizar a sus seguidores y demonizar a sus oponentes​ (Johan Farkas) (SpringerOpen).

El papel de Pedro Almodóvar: ¿diplomacia o activismo?

Almodóvar, conocido por sus posturas políticas firmes, aprovechó su presencia en el Festival de Cine de Nueva York el pasado sábado para abordar nuevamente temas políticos. Durante el evento, ofreció a un grupo de activistas pro-palestinos el micrófono para que expusieran sus ideas, en lo que podría interpretarse como un gesto de apertura y tolerancia. Sin embargo, lo que parecía un acto espontáneo tomó otro matiz cuando, durante su discurso, Almodóvar lanzó su clásica crítica hacia la ultraderecha, afirmando: “La película es un drama, pero por el momento en que vivimos se convierte en muy política porque habla justamente de todo lo opuesto a los mensajes de odio que vemos en las redes continuamente… una situación que desgraciadamente con la ultraderecha ha aumentado en todo el mundo”.

Aquí surge la pregunta: ¿En qué te basas para afirmar esto, señor Almodóvar? ¿Cuáles son tus pruebas o fuentes?. Este tipo de afirmaciones, sin datos concretos que las respalden, suenan más a un cliché repetido por ciertos sectores mediáticos que a un análisis objetivo de la realidad.

Este episodio, más que una muestra de neutralidad, parece un gesto bien orquestado de activismo. En un momento en el que la industria cinematográfica está bajo la lupa por su agenda «woke», este tipo de movimientos, aunque loables en apariencia y aparentemente espontáneos, no dejan de parecer estratégicos y, quizá, demasiado convenientes.

Anonimato y su impacto en redes

Aunque este es un tema que abordaremos más a fondo en futuros artículos, otro aspecto que no debe pasarse por alto en esta discusión es el papel del anonimato en internet. Si bien el anonimato protege la libertad de expresión en muchos casos, también ha facilitado la proliferación de discursos de odio. Numerosos estudios han evidenciado que los usuarios que interactúan de manera anónima tienden a ser más agresivos y propensos a emitir comentarios odiosos​ (Brookings). En las redes sociales, esta dinámica se amplifica, creando un entorno donde el odio se propaga rápidamente y la polarización se vuelve casi inevitable en este tipo de interacciones anónimas (SpringerOpen).

Conclusión

El discurso de odio no es propiedad exclusiva de la ultraderecha. La realidad es que cualquier ideología extrema puede utilizar el odio como herramienta para dividir y polarizar. Almodóvar, con su insistencia en señalar a un solo lado, contribuye a una narrativa que deja de lado la verdadera complejidad del problema. Si queremos entender y combatir el odio en todas sus formas, es hora de aceptar que este no tiene un solo origen ideológico.

Referencias:

  • Estudio sobre el discurso de odio y polarización (SpringerOpen)
  • Consejo de Europa sobre el impacto del discurso de odio​ (Portal)
  • Análisis del anonimato y su efecto en las redes sociales​ (Brookings)