El director de monetización de Ubisoft, Stevy Chassard, recientemente expresó su decepción y vergüenza tras ver a gamers y desarrolladores desear el fracaso de la compañía. En una publicación en LinkedIn, Chassard mencionó que los comentarios llenos de odio, tanto hacia Ubisoft como hacia sus empleados, son especialmente dañinos. Destacó que no solo provienen de jugadores descontentos, sino también de profesionales dentro de la industria. Esto ha sido motivado por críticas recientes a los juegos de la empresa, como Star Wars Outlaws, que no alcanzó las expectativas comerciales, y el retraso de títulos como Assassin’s Creed Shadows.
Este incidente refleja un problema mayor en la comunidad gaming: la toxicidad amplificada por las redes sociales. En lugar de ser plataformas para el debate constructivo, se han convertido en espacios donde una minoría vocal propaga negatividad, afectando a empresas y a miles de empleados que trabajan detrás de cada proyecto. Chassard subrayó que la crítica destructiva, además de ser inadecuada, afecta el bienestar emocional de quienes trabajan en la industria.
El caso de Ubisoft no es aislado; muchos desarrolladores de videojuegos han denunciado el incremento de comentarios tóxicos en redes. Las plataformas sociales facilitan la difusión de opiniones extremas y, en lugar de fomentar un diálogo productivo, permiten que una minoría ruidosa genere un ambiente de hostilidad. Este tipo de comportamiento no solo deteriora las relaciones entre jugadores y desarrolladores, sino que también afecta la salud mental de los profesionales, dificultando la creación de mejores experiencias para los usuarios.
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