En esta sociedad de la información en la que vivimos, estamos muy expuestos a información que proviene de fuentes más que cuestionables. En los últimos años empezamos a oír la expresión «Sociedad de la desinformación» utilizada con cierto sarcasmo por parte de algunos periodistas. No me cabe duda de que esta sociedad de la desinformación está causando estragos en estos momentos de crisis ocasionada por el COVID-19.

Como ciudadano, tengo mis propios intereses que proteger y tengo artillería para «rajar» de este gobierno y el que venga después. Probablemente lo haga cuando llegue el momento oportuno y en el foro adecuado. El problema viene cuando se enjuicia lo poco que no es criticable o al menos cuando se hace desde la ignorancia. Somos víctimas de un exceso de información de la cual gran parte es de baja calidad, está descontextualizado o es fake. Insisto una y otra vez en lo preocupante que resulta que se difundan a través de redes sociales informaciones importantes para el bienestar ciudadano que parten de personas con nula autoridad o formación en la materia de la que se habla.

Combatir la desinformación y ser mejores en tiempos de crisis

 

El gobierno no ha aprobado una APP para geolocalizar la cuarentena de las personas

En los últimos días, se está comentando mucho sobre la «aprobación de la geolocalización» por parte del gobierno actual, que permite a las autoridades saber en todo momento donde estamos los ciudadanos individualmente. Hacen alusión a la publicación en el BOE del 27 de marzo, que en realidad encarga la realización de varias actuaciones para combatir la crisis sanitaria actual provocada por el COVID-19.

A raíz de esta orden, periodistas, políticos, y redes sociales están difundiendo el mensaje de que evitemos que el gobierno use nuestra geolocalización “poniendo el móvil en modo avión y usando solo conexión vía wifi”. Lo primero que tengo que decirles a la mayoría de estos creadores de contenido que se limitan a copiar y pegar lo que no entienden es que se les acabó la suerte hace años si pretenden «anonimizarse» con unos consejos tan pintorescos. Si quieres permanecer anónimo, mejor vete olvidándote de usar un smartphone de Google o Apple, entre otras cosas. Pero el anonimato en las redes es un tema que dejaré para otra publicación.

En realidad, dicha orden publicada en el BOE encomienda 2 acciones tecnológicas distintas: una solución tecnológica de ayuda al ciudadano y un estudio de movilidad orientado al análisis de la movilidad ciudadana.

En primer lugar, el BOE menciona la creación de una aplicación informática de «autoevaluación» que ofrece al usuario consejos y recomendaciones en función de los datos sobre sus síntomas que introduzca en la app. Dicha aplicación se la puede descargar de forma voluntaria quién quiera a través de internet y permitirá la geolocalización del usuario con la finalidad de aplicar la operativa de la comunidad autónoma en cuestión y derivar al usuario al contacto del centro correspondiente. En este caso particular, los datos se recogen directamente por la APP y no los entregan las operadoras. La ubicación que se obtiene en la APP no tiene como finalidad vigilar dónde nos encontramos durante el confinamiento. Directamente no sirve para ello.

En segundo lugar encarga al Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital un estudio de movilidad con datos agregados y anónimos que provienen de las operadoras. Estos datos se utilizarán para que las autoridades puedan determinar cómo se está desplazando y está repartida la población en un momento determinado para poder evaluar las capacidades sanitarias de cada comunidad autónoma. Un estudio similar ya se llevó a cabo en noviembre de 2019 para la realización de un estudio demográfico por parte del Instituto Nacional de Estadística (INE).  También en aquella ocasión, los datos eran anónimos y agregados. Anónimos porque los números no están asociados a los titulares de las líneas. Agregados porque los datos se entregan tratados y resumidos desde las operadoras al organismo que lleva a cabo el estudio.

Es importante destacar que se ha dejado claro que el estudio se llevará a cabo solo durante el periodo de confinamiento provocado por el coronavirus.

 

La negatividad irresponsable

El youtuber «UN ABOGADO CONTRA LA DEMAGOGIA» con más de 100.000 suscriptores en tan solo un ejemplo de irresponsabilidad y desconocimiento al servicio de la desinformación y el lucro personal. El youtuber en cuestión revolucionó las redes hace unos días con un vídeo que contenía información falsa y titulares como «TE VIGILAMOS», «¡ESCÁNDALO! o ¡APROBADA NUESTRA GEOLOCALIZACIÓN EN EL BOE!

El debate sobre la legitimidad en del uso de datos de localización para estudios de movilidad si es interesante siempre y cuando quien hable de ello sepa de lo que está hablando y no genere información falsa.

Sin embargo, en el vídeo el usuario generaba una alarma innecesaria y peligrosa haciendo un llamamiento a apagar los móviles y encenderlos solo cuando los fuéramos a utilizar. Para ello se extendía durante 5 minutos explicando como el gobierno nos vigilará de manera permanente a través de la geolocalización sin hacer mención alguna a que ya se hayan realizado estudios de movilidad con anterioridad en España o explicar las medidas ordenadas en el BOE. Tampoco se molestaba en explicar que el estudio de movilidad y la aplicación móvil no son lo mismo ni utilizan el mismo tipo de localización. El youtuber comienza el vídeo diciendo «quieren saber dónde estás siempre y en todo momento por tu móvil» mientras que el BOE explica que se facilitarán datos agregados y anónimos solo durante el periodo de confinamiento. La diferencia entre lo publicado por el BOE y la interpretación que hace el youtuber es alarmante.

La plataforma de análisis y estadística para YouTube, Twitch, Instagram y Twitter socialblade.com sitúa al usuario de youtube UN ABOGADO CONTRA LA DEMAGOGIA con unas ganancias anuales estimadas entre un mínimo de 8000 € hasta un máximo de 130.000 €, gracias a vídeos como este en el que utiliza el titular siempre como ciberanzuelo.

Lo que habría que preguntarle a este youtuber es si ha pensado que tener el móvil apagado puede ir en perjuicio de personas que en un momento determinado tengan que ser localizadas por sus familias o amigos. Sin saberlo o tal vez sin importarle, el youtuber ofrece consejos que pueden ocasionar desgracias, adornando su aviso de una falsa preocupación por el anonimato de los ciudadanos.

Más gracioso resulta que le preocupe que le localicen en tiempos de cuarentena. Parecería que tuviera intención de saltársela y desobedecer la orden de confinamiento. O tal vez sea otro de esos youtubers aficionados a conspiraciones que llaman a la desobediencia civil.

 

La desinformación que esconde lo malo y critica lo bueno

En medio de tanta contradicción, rectificaciones, improvisaciones y medidas controvertidas, que se critique la única medida que debería al menos analizarse desde otro prisma, resulta como poco frustrante. Cuando parece más lógico que la crítica debiera haberse centrado en lo mucho que han tardado en aprobar este tipo de medidas, la denuncia se ha realizado sobre las medidas en si.

Hace unos días comentábamos cómo Corea del Sur había sido señalada como ejemplo de cómo hacer las cosas bien empleando la tecnología para combatir el COVID-19. Gracias a un sistema nacional de alerta a teléfonos, apps móviles con geolocalización incluida y una operativa estricta, Corea del Sur ha conseguido frenar de golpe el avance de la enfermedad. Si bien es indudable que la medida se ha visto acompañada de una transparencia absoluta por parte del gobierno y una mayor responsabilidad de los medios de comunicación del país, no es menos cierto que el empleo de la tecnología ha sido uno de los pilares en la lucha contra el coronavirus en Corea del Sur.

El bombardeo de información en internet ha generado una incapacidad de la sociedad para asimilar y organizarla. La existencia de redes sociales y un mayor facilidad de acceso a la actualidad por parte de los medios de comunicación no se ha traducido en que estemos mejor informados. Con todo ello, corremos el peligro de no ser críticos cuando tenemos que serlo o al revés.

 

Todos podemos aportar y ser mejores

En un momento como el actual me gustaría lanzar un mensaje positivo porque es evidente que tenemos margen para ser mejores como sociedad y todos podemos contribuir desde hoy mismo a que esta situación sea menos destructiva. El confinamiento actual está produciendo un lento deterioro de nuestra salud mental, en muchos casos sin que nos demos cuenta. Los síntomas de ansiedad y de angustia que están presentes entre nosotros desaparecerán en la mayoría de personas después de la cuarentena sin embargo perdurarán durante mucho tiempo en personas con mayor riesgo de padecer depresión.

Publicar cosas que sirvan de motivación e inspiren a otros de una forma positiva puede ser la clave que nos permitirá avanzar en situaciones como esta y sobre todo, estar más preparados por si vuelve a suceder en el futuro. Centrarnos exclusivamente en la malicia o inmoralidad de los políticos que no nos gustan no nos ayudará. ¡No nos peleemos por nuestros políticos! Es lo que quieren y no lo merecen.

Aprender a canalizar la información que nos llega puede marcar grandes diferencias en momentos como el actual. Estos son algunos consejos sinceros que puedo dar en estos momentos en los que a nadie parece importarle cómo nos comportamos:

  • Ser más selectivos con toda la información que recibimos a través de los distintos medios. De esta manera y sabiendo leer entre líneas podremos estar un poco mejor informados.
  • Debemos esforzarnos en consultar, constatar y verificar las informaciones que leemos si queremos compartirlas con otras personas. Para ello podemos acudir a las fuentes originales u oficiales en muchos de los casos.
  • Es importante ser moderado, que no significa ser equidistante. Se puede ser crítico sin mostrar tu color político. La crítica es legítima y necesaria pero otros la entenderán mejor desde la moderación cuando no existe ánimo de crispar.
  • Ofrece tu propia opinión. Puede sonar ofensivo para quien está acostumbrado a compartir vídeos o retwittear todo el día pero copiar y pegar vídeos, citas u opiniones de personas famosas o relevantes publicadas en internet es menos efectivo que dedicar 30 minutos a relatar una vivencia u opinión propia.
  • Ahora más que nunca, es importante la netiqueta. No nos olvidemos de este término que está completamente infravalorado. Tratemos de respetar las normas de comportamiento básicas en internet para hacer de estos espacios virtuales lugares más amables.

Tal como sugiere la imagen que acompaña esta publicación, antes de compartir u opinar algo en internet piensa durante unos segundos sobre lo que vas a publicar: ¿Es verdadero?, ¿Servirá de ayuda?, ¿Sirve de inspiración?, ¿Es necesario?, ¿Es amable?

 

Tu opinión es importante. No pierdas ocasión de comentar en Social Futuro.

 

 

PREGUNTAS Y RESPUESTAS SOBRE LA ENFERMEDAD POR CORONAVIRUS (COVID-19)

Organización Mundial de la Salud