Actualmente, muchos niños menores de 12 años ya tienen teléfonos móviles y este acto ha generado muchos debates sobre si es aconsejable su uso en los colegios o no. Son muchos los profesores y padres que se quejan de las distracciones que crean estos aparatos tecnológicos. Por ello, muchos se plantean la pregunta de si estos deben utilizarse en las clases.
En este post se expondrán las ventajas y desventajas de su uso en el colegio o en el instituto. Es muy importante conocer ambos argumentos para tomar la mejor decisión. En todo momento se hablará de edad escolar, pero la información se podrá extender hasta los 16 años, cuando se termina la Educación Secundaria Obligatoria (ESO).
Desventajas de que los niños lleven móviles al colegio
Las nuevas generaciones no saben vivir sin dispositivos tecnológicos como smartphones o tabletas, ya que desde edades tempranas comienzan a utilizarlos. Aunque puede ser bueno para ciertos aspectos escolares, también tiene muchos factores negativos, que se pasan a detallar a continuación:
- Tiene efectos negativos a la hora de aprender, ya que disminuye la concentración de los alumnos. Puede peligrar una ausencia de atención por estar interactuando en sus redes sociales o, incluso, ponerse los auriculares para escuchar música, juegos o vídeos. De esta forma se consigue un aislamiento total y peligroso de las explicaciones de los maestros.
- En las horas de descanso, fomenta el sedentarismo. El recreo debe ser parte del aprendizaje en grupo y nada mejor que jugar con el resto de estudiantes o tener conversaciones interesantes en vez de estar mirando las pantallas de sus teléfonos.
- Los niños y jóvenes del presente se fijan mucho en las marcas y últimos modelos en el mercado. Si un estudiante lleva un teléfono antiguo o, directamente, no tiene, puede crearse un caso de bullying o de acoso escolar contra él.
Ventajas de que los profesores permitan los móviles en el colegio o instituto
A la hora de tratar los puntos positivos, se debe recalcar que siempre es bueno aprovechar la tecnología con control para estudiar. Además, el uso de estos dispositivos les ayuda a estar preparados para la vida adulta, donde es necesario el uso de pantallas para sacar adelante las empresas. Existen diferentes métodos informativos para que los adultos puedan buscar recursos útiles.
No obstante, es necesario tener siempre la certeza de que los niños y adolescentes utilicen correctamente esta herramienta móvil en horas lectivas, de la misma forma que deben hacer con sus calculadoras, por ejemplo. No es lo mismo que utilicen sus smartphones para enviar mensajes o revisar sus redes sociales a que aprovechen la conexión a Internet para buscar información sobre las materias a estudiar. En este caso, sí podría ser aconsejable su uso, pero siempre como material educativo.
En conclusión, el uso de los teléfonos móviles en colegios e institutos tiene sus cosas buenas y malas. Si los estudiantes aprenden jugando y los adultos se encargan de buscar la forma adecuada de integrarlos en la educación, puede ser un método muy positivo para las nuevas generaciones. Sin embargo, para ello los niños deben aprender a diferenciar el tiempo de ocio del estudio.