En los últimos años, la inteligencia artificial (IA) se ha convertido en una palabra de moda en el ámbito tecnológico, y no solo ahí. Hoy en día, parece que todas las empresas, desde grandes corporaciones hasta pequeñas agencias, afirman haber adoptado la IA en sus productos y servicios. Desde el marketing hasta las finanzas, la IA aparece en los anuncios de cualquier cosa que se haga. Pero, ¿qué tan cierto es todo lo que nos venden bajo esa etiqueta?

La realidad es que en muchas ocasiones, lo que se presenta como «inteligencia artificial» no es más que una versión actualizada de tecnologías y algoritmos que llevan años en funcionamiento. Esta tendencia ha generado una especulación exagerada sobre las capacidades reales de la IA, creando falsas expectativas y una sobrevaloración de ciertas herramientas.

IA en el marketing

¿Qué se está vendiendo como «IA»?

Para entender por qué el término IA está siendo mal utilizado, es importante definir lo que realmente es. La inteligencia artificial engloba tecnologías capaces de realizar tareas que, en principio, requieren inteligencia humana, como el aprendizaje automático (machine learning), procesamiento del lenguaje natural o visión por computadora. Sin embargo, no todo software que automatiza tareas es IA.

Algunos ejemplos de este «humo» en el mercado:

  1. Algoritmos de toda la vida, ahora llamados IAUna de las prácticas más comunes es llamar «inteligencia artificial» a simples algoritmos o modelos matemáticos que han existido durante años. Por ejemplo, muchas herramientas de análisis de datos utilizan algoritmos de predicción basados en técnicas estadísticas tradicionales. Ahora, sin ningún cambio significativo en el funcionamiento, esos mismos algoritmos se están comercializando como IA. ¿Por qué? Porque vender algo como «IA» suena mucho más avanzado y moderno.

    Ejemplo: Un software de marketing que analiza datos de usuarios para hacer recomendaciones de productos solía basarse en estadísticas simples o segmentación de audiencia. Hoy, muchas de estas herramientas han comenzado a etiquetarse como «impulsadas por IA», aunque en esencia siguen funcionando con reglas definidas y patrones establecidos hace años.

  2. Chatbots con respuestas predefinidasOtro caso típico es el uso de chatbots en el servicio al cliente. Mientras que algunos chatbots de IA avanzada son capaces de entender y responder en lenguaje natural (como los basados en procesamiento del lenguaje natural, tipo GPT), muchos otros son simplemente sistemas basados en reglas. Estos bots utilizan flujos predefinidos de preguntas y respuestas, y aunque pueden ser útiles, no son realmente «inteligencia artificial». A pesar de esto, las empresas promocionan sus chatbots como «con tecnología de IA» para parecer más innovadoras.
  3. Automatización básica de procesosEl término «IA» también se utiliza para describir sistemas de automatización que no tienen nada que ver con la inteligencia artificial. Un ejemplo común es el RPA (Robotic Process Automation), una tecnología que automatiza tareas repetitivas en procesos empresariales. Si bien es cierto que es una herramienta útil, simplemente sigue instrucciones predefinidas y no «aprende» ni «toma decisiones» como lo haría un sistema de IA real. Sin embargo, muchas empresas de software han comenzado a usar el término IA para describir estos sistemas.

La especulación y sus riesgos

La especulación en torno a la IA ha creado un mercado lleno de engaños y falsas promesas. Las empresas invierten en soluciones esperando que los beneficios de la «IA» sean inmediatos, pero en muchos casos, las herramientas no son tan avanzadas como se presentan, lo que genera decepción y pérdidas económicas.

Esta especulación también tiene un impacto negativo en la confianza de los consumidores y empresas hacia las tecnologías genuinas de IA. Cuando un cliente o empresa descubre que lo que compraron como «IA» no cumple con lo prometido, es probable que desconfíen de las verdaderas soluciones basadas en inteligencia artificial en el futuro. Esto podría frenar la adopción de tecnologías realmente innovadoras que sí aportan valor.

La sobrepromesa en los anuncios

Gran parte del problema radica en el marketing. Las agencias de publicidad han aprovechado el «boom» de la IA para hacer promesas exageradas sobre lo que pueden ofrecer. En anuncios de productos de tecnología, aplicaciones y servicios, es casi obligatorio que aparezca alguna mención a la inteligencia artificial. Sin embargo, la mayoría de las veces lo que se ofrece no va más allá de automatización básica o análisis de datos simples.

Esto no solo es un problema de expectativas, sino también de transparencia. Los clientes tienen derecho a saber qué están comprando realmente. Si una herramienta no es más que un algoritmo antiguo o un sistema de reglas automatizadas, debería comercializarse como tal, en lugar de inflarla bajo la etiqueta de IA.

Un caso emblemático: los «consultores de IA»

Otro fenómeno reciente es el auge de consultores de IA. Cada vez más agencias y consultoras ofrecen servicios de «optimización con inteligencia artificial», pero muchas veces estos servicios consisten simplemente en revisar datos o utilizar herramientas de automatización tradicionales. Pocos consultores realmente implementan soluciones basadas en aprendizaje automático o tecnologías avanzadas. Sin embargo, la etiqueta de IA es suficiente para justificar tarifas infladas y generar expectativas poco realistas.

¿Qué podemos hacer como consumidores?

Para evitar caer en el juego del «humo» de la IA, es importante que los consumidores y empresas adopten una postura crítica frente a las promesas que se hacen. Aquí algunas recomendaciones:

  • Investiga: Antes de contratar un servicio o adquirir un producto que afirme estar basado en IA, investiga qué tecnologías utilizan. Pregunta por ejemplos específicos de cómo implementan la IA y qué beneficios concretos aporta.
  • Desconfía de las promesas exageradas: Si un producto promete resultados casi mágicos gracias a la IA, es probable que esté inflando sus capacidades. La IA tiene un gran potencial, pero no es una solución milagrosa.
  • Consulta con expertos: Si no estás seguro de la tecnología que estás comprando, consulta con expertos en el campo de la inteligencia artificial para obtener una opinión imparcial.

Conclusión

El uso indebido del término «inteligencia artificial» en la industria tecnológica y el marketing está generando un escenario de especulación donde muchas empresas venden humo. Si bien la IA está transformando sectores enteros, también es cierto que no todo lo que se presenta como IA lo es en realidad. Es crucial que los consumidores y las empresas entiendan qué es la verdadera inteligencia artificial y que desarrollen una visión crítica frente a las promesas del mercado.