En los últimos días, el anuncio de Sony de cesar la fabricación de discos Blu-ray grabables ha generado revuelo en la industria tecnológica y entre los consumidores. Como suele ocurrir, las interpretaciones apresuradas y la desinformación no han tardado en aparecer. Algunos titulares aseguran que este es el principio del fin para el formato físico, mientras otros van más allá y sugieren que la piratería en formatos como BDRemux será irrelevante. Sin embargo, la realidad es un poco distinta, y lo que parece estar en juego no es el fin del Blu-ray, sino su evolución hacia un mercado más especializado.
¿Realmente está desapareciendo el formato físico?
El gráfico de Circana VideoScan de esta publicación muestra la evolución del mercado de formatos físicos desde 2019 hasta 2023, incluyendo DVD, Blu-ray y UHD Blu-ray. Aunque los discos físicos han perdido terreno frente al auge del streaming, siguen ocupando un nicho significativo en la industria del entretenimiento. Por ejemplo, en 2023, el DVD, lejos de ser un formato obsoleto, representaba todavía el 52% del mercado físico. Esto no solo demuestra que hay demanda, sino que esta depende de factores como el precio y el poder adquisitivo, especialmente en regiones donde el acceso a servicios de streaming es limitado.
El Blu-ray y su versión en 4K (UHD BD) también mantienen un porcentaje estable. Aunque no son formatos masivos, han encontrado su lugar entre coleccionistas y cinéfilos que buscan calidad audiovisual superior. Así como el vinilo revivió en el mundo de la música, el Blu-ray podría consolidarse como el estándar para aquellos que valoran poseer copias físicas de alta calidad.
El mito de la desaparición
La retirada de Sony del mercado de discos grabables no implica el fin del Blu-ray como formato, sino una decisión de negocio estratégica. Los discos grabables (esencialmente medios vírgenes) no son la base del mercado físico, sino una herramienta utilizada en ámbitos específicos, como grabación doméstica o almacenamiento de datos. Por el contrario, los discos pregrabados de películas y series seguirán produciéndose mientras haya demanda.
Muchos medios parecen apresurarse en declarar la muerte del formato físico, ignorando que este, aunque reducido, es aún rentable. Ejemplos recientes como el aumento de la venta de vinilos subrayan que, en un mercado digitalizado, los formatos físicos no desaparecen del todo, sino que encuentran un público dispuesto a pagar por ellos.
Coleccionismo y posibles futuros formatos
A principios de los años 90, cuando el VHS comenzaba a dar paso al DVD, el formato permaneció en el mercado como una opción para coleccionistas y personas que querían poseer sus películas favoritas. Algo similar podría ocurrir con el Blu-ray. Aunque el streaming domina hoy el panorama, factores como la calidad de imagen, la preservación de contenidos y la propiedad real de los medios físicos son argumentos sólidos para su permanencia.
Es posible que en el futuro el formato físico evolucione más allá de la tecnología óptica. Podríamos ver formatos 8K en medios físicos más compactos, aprovechando tecnologías de almacenamiento avanzadas. Aunque el streaming es conveniente, no siempre garantiza la calidad máxima que ciertos consumidores demandan.
Piratería y el impacto del formato físico
Otro mito relacionado con la supuesta desaparición del Blu-ray es que eliminaría su relevancia en la piratería, como ocurre con los BDRemux, versiones digitales extraídas directamente de discos de alta calidad. Sin embargo, este tipo de piratería está más relacionada con la disponibilidad de contenidos y la calidad que con el formato físico en sí. Incluso si desaparecieran los Blu-rays, los usuarios seguirían buscando maneras de obtener contenidos de alta definición.
Conclusión
El formato físico, aunque ya no es el rey del mercado, no está muerto ni lo estará a corto plazo. Su evolución hacia un producto de nicho, como ocurre con los vinilos, podría garantizar su supervivencia durante décadas. Mientras los medios insisten en enterrarlo antes de tiempo, los datos muestran que todavía tiene un lugar, especialmente entre los coleccionistas y quienes priorizan calidad y propiedad frente a conveniencia.
Aunque el panorama tecnológico puede cambiar, la persistencia de formatos físicos demuestra que todavía hay espacio para opciones que desafíen el dominio del streaming.
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